Estudiantes chilenos vuelven a demostrar su
fuerza en las calles
INTERNACIONAL • AFP
Convocados por los
secundarios, quienes lideran este año las protestas, unas 70 mil personas según
los organizadores y 5 mil según la policía marcharon por Santiago.
Santiago • Estudiantes
chilenos volvieron a marchar por las calles de Santiago, en una multitudinaria
manifestación que volvió a demostrar la fuerza del movimiento social más
poderoso y persistente desde el retorno a la democracia en el país, en demanda
de un profundo cambio del sistema educativo.
A más de un año de que
se reactivaran las protestas estudiantiles, con más de 40 marchas a lo largo de
2011 y la sexta en lo que va de este año, los estudiantes mantienen firme su
exigencia de una educación pública, gratuita y de calidad, pese a una serie de
reformas que están en marcha.
"Los estudiantes
chilenos tenemos una convicción tremenda y en base a eso actuamos", dijo
Benjamín Vera, dirigente del Instituto Nacional, el colegio más antiguo de
Chile.
"Queremos que la
educación vuelva a las manos del Estado y la respuesta hasta ahora del gobierno
ha sido nula", agregó.
Convocados este jueves
por los secundarios -quienes lideran este año las protestas-, unas 70 mil
personas según los organizadores y 5 mil según la policía marcharon por
Santiago, en medio de un frío y gris día de primavera, en el que al poco de
arrancar se registraron enfrentamientos entre estudiantes y la Policía.
Los enfrentamientos
estallaron cuando un grupo de encapuchados se separó del recorrido y se
enfrentó con piedras y palos a los agentes de fuerzas especiales, que repelieron
los ataques con abundantes chorros de agua y gas lacrimógeno y disparos de
balas de pintura.
El grueso del grupo, sin
embargo, siguió el recorrido, realizando actos artísticos, como batucadas y
bailes, tal como en otras ocasiones. Pero al final, otra vez volvieron a
estallar los enfrentamientos.
Carabineros informó de
la detención de 59 personas tras la protesta.
El gobierno, a través de
su portavoz, Andrés Chadwick, condenó los hechos de violencia y anunció que a
partir de ahora, endurecerán las condiciones para permitir manifestaciones
estudiantiles.
"Vamos a evaluar
esta situación en términos de establecer en el futuro exigencias superiores en
el otorgamiento de permisos estudiantiles que derivan en actos de
violencia", señaló Chadwick en rueda de prensa.
El reclamo se inicia en
2006, bajo el gobierno de la socialista Michelle Bachelet, cuando los
secundarios protagonizaron la llamada 'Revolución de los Pingüinos' -por su
atuendo de chaqueta azul y camisa blanca-, para exigir la derogación de una de
las última leyes de la dictadura de Pinochet que traspasó la administración de
las escuelas públicas desde el Estado central a los municipios.
La revuelta se extendió
por 40 días y finalizó con una comisión destinada a debatir una nueva ley, que
finalmente no acogió las demandas de los estudiantes. Estas protestas se
consideran el precedente de las manifestaciones que volvieron a estallar en
abril del año pasado.
"Es el movimiento
más poderoso desde el retorno a la democracia (en 1990) y el que más ha persistido
en el tiempo", explicó el politólogo Guillermo Holzmann.
Aunque hoy su
convocatoria es menor y sus líderes menos visibles a los de 2011, cuando se
impuso la figura de la dirigente comunista Camila Vallejo, su exigencia de un
profundo cambio del sistema educativo chileno, uno de los más desiguales y
caros del planeta, es apoyado por el grueso de la población.
"El movimiento ha
logrado recoger demandas que son transversales en la sociedad y que van más
allá de la cantidad de gente que está en la calle. Las encuestas y los estudios
de opinión reconocen la legitimidad de las demandas del movimiento, más allá de
las posiciones ideológicas", dijo Holzmann.
En respuesta, el
gobierno del derechista Sebastián Piñera ha impulsado una serie de proyectos de
ley -que benefician sobre todo a los universitarios-, junto a un incremento de
los recursos al sector.
"El gobierno ha
avanzado en responder a muchas demandas. El ministro de Educación, Harald
Beyer, ha hecho un mejor trabajo que su predecesor", dijo a la AFP el
cientista político de la Universidad Diego Portales, Patricio Navia.
Este miércoles, Piñera
promulgó una ley que rebaja desde un 6 al 2%, los intereses de un crédito al
que los estudiantes recurren para financiar sus estudios universitarios.
La normativa rebaja en
40% el monto de la cuota mensual de los créditos, lo que es considerado
insuficiente por los estudiantes, que aspiran a la gratuidad en las
instituciones públicas, que hoy en Chile funcionan como entes privados.
Aunque no estaba contemplado
en su programa, Piñera impulsó también un ajuste tributario que aportará hasta
mil millones de dólares adicionales a la educación.
"Aunque
insuficiente, la reforma tributaria es un paso en la dirección correcta.
También es importante la reforma promulgada ayer que cambia el Crédito con Aval
del Estado. Todos esos son logros del movimiento estudiantil", agregó
Navia.
En busca de más
recursos, los estudiantes intentan ahora presionar por un incremento del
presupuesto para la educación en 2013, que alcanzará los 12.000 millones de
dólares -un 3,5% del PIB chileno- y que debe ser debatido en el Parlamento. Publicado
en Milenio.