Publicación independiente fundada el 15 de mayo de 2009.

Director: Luis Gerardo Martínez García
Contacto: sinrecreo@hotmail.com
WhatsApp: 2281133188

viernes, 10 de mayo de 2013


Educar contra la discriminación 
(en 10 de mayo).
ARIADNA ACEVEDO

Educar contra la discriminación se dice fácil pero no lo es. Los prejuicios racistas y sexistas son tan profundos y se insertan de una manera tan despreocupada y “natural” en nuestra vida cotidiana que desenmascararlos es una tarea titánica. Su persistencia los hace parecer, además, como tarea de Sísifo. Pero debemos insistir, ante el pesimismo de la inteligencia nos queda el optimismo de la voluntad.

Puesto que estamos en el mes de las “madrecitas santas”, me centraré en un solo (pero no insignificante) caso de felicitación por el día de las madres. Se trata de una circular emitida por el director de una de las instituciones de investigación científica más importantes de América Latina y dirigida a las madres que laboran en ella. Si uno examina el contenido, encontrará que la felicitación no es meramente por ser madre, sino por tener un trabajo remunerado, además de seguir siendo el “núcleo central” del hogar. En otras palabras, reconoce que las madres trabajan de más pero en lugar de lamentar el hecho, las felicita por eso:

“…a la par de seguir como núcleo central de los hogares, han logrado destacar en diversos campos laborales, lo que sin duda ha resultado sumamente positivo para el crecimiento y desarrollo de las comunidades. Por eso, este 10 de mayo aprovecho la ocasión para externar mi reconocimiento al esfuerzo diario que realizan tanto en nuestra Institución como en sus hogares, siendo constantes, firmes y dedicadas para dar lo mejor de sí.”

Ya lo intenté decir el 8 de marzo, día internacional de la mujer, pero parece que hace falta repetirlo: celebrar la abnegación o la doble jornada de la mujer y felicitarla por ello lejos de combatir, refuerza la discriminación de género. Si el director de una institución está reconociendo públicamente que las madres realizan un esfuerzo adicional a quienes no lo son, lo que procede no es darles una palmadita en la espalda como diciéndoles “sigan trabajando de más porque esto es muy positivo para la sociedad”, sino implementar mecanismos que combatan la inequidad, la cual, por cierto, también afecta a los padres jóvenes que sí están empezando a compartir hoy muchas labores del hogar y la crianza. Si no encuentran el tiempo para diagnosticar el problema y combatir la discriminación, o consideran que no les compete, por lo menos podrían abstenerse de redactar este tipo de misivas.

De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres en México dedican cuatro veces más tiempo a las tareas domésticas y los cuidados familiares que los hombres (Sobre la doble jornada laboral de las mujeres mexicanas pueden verse detalles en la Encuesta Nacional Sobre Discriminación en México).

Pero un problema adicional es que las complejas causas que hacen que una persona felicite a otra por vivir en tal situación no son fácilmente cuantificables, como tampoco es fácil concebir políticas anti-discriminación que ataquen prácticas tan bienintencionadas y sencillas como una felicitación. Hoy solo quiero compartir el diagnóstico de que, a pesar de diversas campañas públicas contra la discriminación, existen científicos del más alto nivel, y personal que les rodea, que no entienden en qué consiste la discriminación de género. Resulta, entonces, que “ser muy educado” o tener objetivos loables desde un punto de vista civil y moral (como felicitar a alguien por su labor) y dedicarse a la reflexión científica, no siempre ayuda a percibir las formas complejas en que funciona la discriminación. En otras palabras, “educación” y “discriminación” son perfectamente compatibles.

Quienes redactan y firman estas felicitaciones probablemente asocian discriminación con un “trato desfavorable o de desprecio” (una de las definiciones del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación o Conapred) y son, por tanto, incapaces de ver que una felicitación a las madres (o a todas las mujeres el 8 de marzo) pueda tener un tinte de discriminación. Sin embargo, como se ha discutido ampliamente en teoría social y política, la discriminación, como el poder, son más influyentes, eficientes y persistentes cuando se llevan a cabo a través de acciones positivas o aparentemente inocuas, por ejemplo, felicitar, exhaltar, premiar, etc. La felicitación y premiación no es un mero reconocimiento de la labor de una persona, también es una incitación a que siga llevando a cabo esa labor. Por eso, si a uno lo premian por su investigación científica, sí debemos celebrar y seguir investigando; pero si a uno lo felicitan por llevar a cabo un esfuerzo adicional al que necesitan hacer otras personas para obtener el mismo resultado, lo están felicitando por vivir en la inequidad. No hay nada que celebrar.

De hecho, parece que una triste ironía de las campañas y el lenguaje que han buscado combatir la discriminación de género en México es que muchas personas, incluyendo funcionarios públicos y autoridades electas, han entendido que lo que hay que hacer es redoblar las expresiones caballerosas, ensalzando a las mujeres constantemente por su trabajo remunerado y no remunerado. Pero era precisamente la “caballerosidad” lo que teníamos que examinar críticamente. Me quedo con John Stuart Mill, quien en las primeras páginas de The Subjection of Women (publicado en 1869 y que ha tenido varias traducciones al castellano, entre ellas: La sujeción de las mujeres, El sometimiento de las mujeres o La esclavitud femenina), nos recordaba que los barbarismos de los que más tardamos en deshacernos, no son necesariamente menos bárbaros que los que conseguimos abolir más pronto.

Twitter: @ariadna_acevedo

Investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Cinvestav.

Diálogo en UNAM, cancelado por desacuerdo en fechas
LUIS MANUEL MENDOZA

El diálogo sobre los Planes y Programas de Estudio del CCH fue cancelado: Estudiantes y autoridades no llegaron a un acuerdo sobre las fechas de las reuniones; las autoridades universitarias proponían debatir entre mayo y junio, mientras que los estudiantes pedían aplazarla hasta el mes de agosto y septiembre, cuando las clases se hayan reanudado.

Decenas de estudiantes y maestros, quienes se identificaron como la contraparte del diálogo, leyeron un comunicado en el que aseguraron estaban dispuestos a comenzar las reuniones el día de hoy, pero que las autoridades no accedieron a sus peticiones.

El punto de ruptura es el que se refiere a “diálogo amplio y público” que viene en el documento entregado el 30 de abril a los ocupantes de Rectoría. Las autoridades educativas, a decir de los jóvenes, rompieron con lo prometido, puesto que durante estos meses los estudiantes de media superior están en periodo vacacional.

Las estudiantes instalaron mesas de diálogo fuera del auditorio Antonio Caso, de la Torre II de Humanidades, con miras a la próxima reunión del 16 de mayo, como se tenía acordado en la propuesta original.

No hay ruptura: UNAM

Mediante un comunicado, la Universidad informó que durante el primer encuentro de la comisión preparatoria, celebrada el pasado martes 7 de mayo, se propuso una serie de acuerdos, entre los que figuró la celebración de 14 sesiones entre mayo y junio, alternadas en días hábiles con duración de cuatro horas cada uno.

Las negociaciones de la comisión preparatoria que continuaron hoy no llegaron a buen término por la intolerancia e insistencia de llevar la mesa de diálogo hasta agosto y septiembre, destacó el abogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez.

“Las pláticas no están rotas -agregó. El diálogo no se llevó a cabo por la intolerancia de llevar la mesa de diálogo hasta agosto y septiembre”.


INEE: La evaluación, por si misma, no mejora la educación
RUBÉN ÁLVAREZ MENDIOLA

La evaluación docente que lleve a cabo el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), tomará en cuenta el contexto y las condiciones de trabajo en que se desempeñan los profesores, para lo cual se buscará definir lo que el sistema educativo entiende por “buen docente”, estableció la junta de gobierno de la nueva institución autónoma.

En conferencia de prensa, los cinco integrantes de la junta, encabezada por Sylvia Schmelkes, dijeron que “en congruencia con nuestro principio de respeto a la diversidad, el énfasis (de la evaluación docente) en una primera etapa estará en identificar las características que debe tener todo docente, en el entendido de que hay características específicas adicionales que deben tener los docentes que atienden a la diversidad de poblaciones y que se responsabilizan de la enseñanza de las diversas disciplinas”.

Al fijar en conferencia de prensa la postura del INEE frente a los retos que supone la reforma educativa y, en específico, el alcance de las evaluaciones a nivel nacional y estatal, Schmelkes dijo que clarificar las características que debe tener todo buen maestro “permitirá definir criterios para la evaluación, así como los niveles de logro que distingan diferentes dominios de la profesión docente”.

Esta definición, añadió, habrá de construirse mediante un proceso de reflexión y análisis con autoridades educativas, con diferentes actores interesados en la educación y, por supuesto, con docentes de todo el país, que atienden a diferentes poblaciones, que trabajan en diferentes niveles y modalidades educativas de la educación obligatoria.

Schmelkes estuvo acompañada por los otros integrantes de la junta del INEE: Margarita Zorrilla, Tere Bracho, Gilberto Guevara y Eduardo Backhoff.

Evaluar por evaluar, no

En el documento en el que fijaron la postura del nuevo INEE, los integrantes de la junta de gobierno dijeron que el derecho a la educación debe traducirse en el derecho a aprender. “Es obligación del gobierno hacer valer este derecho”, señalaron.

La evaluación educativa, insistieron, se centrará en valorar que este derecho se cumpla para todos los niños, jóvenes y adultos del país.

Por sí misma, agregaron, la evaluación “no mejora la calidad de la educación”. De ahí la importancia que el INEE tenga la encomienda constitucional de emitir directrices sustentadas en información técnicamente sólida que orienten el cambio educativo. “Por ello, se impulsará la evaluación que permita apuntalar los procesos de mejora”, señalaron.

Respeto a la diversidad

La diversidad de realidades, culturas y lenguas que existen en el país es sin duda una de sus mayores riquezas, señalaron en su documento los miembros de la junta del INEE.

“El Instituto tomará en cuenta esta diversidad a fin de no permitir que la evaluación opere como una fuerza homogeneizadora, sino que por el contrario, recupere, aliente y potencie esta riqueza con el fin de lograr la mejor educación para todos”.

El Instituto -insistieron-, no dejará de insistir enfáticamente que la diversidad y la desigualdad son fenómenos distintos: “la desigualdad debe combatirse, la diversidad habrá de alentarse”.

Docentes: factor fundamental

En el documento leído por Schmelkes, el INEE sostiene que el docente es un factor fundamental del sistema educativo, porque de él depende una parte significativa de lo que ocurre en el aula de clases. “Por eso, el Instituto dará especial atención a la evaluación docente y a la construcción de lineamientos para realizar la evaluación de los docentes que les corresponde a las autoridades educativas en el ámbito de sus competencias”.

Bajo el entendimiento de que la principal función de la evaluación docente es el mejoramiento, “ésta deberá recomendar a las autoridades educativas cómo mejorar los conocimientos y la práctica docente de los profesores, así como los apoyos necesarios para lograrlo”, dijeron.

Nada que temer con la evaluación: Guevara

En su turno, Gilberto Guevara Niebla dijo que pidió a los docentes no temer a la evaluación y afirmó que la nueva institución servirá para apoyar a los profesores, beneficiarlos e impulsarlos para mejorar su desempeño.

“Nuestra filosofía es el respeto a la diversidad cultural, nuestra filosofía es ponernos de lado de la función positiva, igualadora, democrática que tiene la educación, esa es nuestra filosofía y el mensaje para los maestros descontentos debe ser: no hay por qué preocuparse por la evaluación”, sostuvo.

Al respecto, Schmelkes insistió en que la evaluación docente tomará en cuenta el contexto en que se desempeñan los profesores, es decir, el lugar y las condiciones bajo las cuales realizan su labor.

Ello, agregó, implica que también se evaluará si las autoridades educativas están ofreciendo o no, las condiciones para que los docentes puedan trabajar.

“Esto tiene que ver también con la equidad educativa y con el descontento porque no es casualidad que el descontento se dé en las zonas más pobres del país”, afirmo la presidenta del INEE.

INEE: La evaluación, por si misma, no mejora la educación
RUBÉN ÁLVAREZ MENDIOLA

La evaluación docente que lleve a cabo el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), tomará en cuenta el contexto y las condiciones de trabajo en que se desempeñan los profesores, para lo cual se buscará definir lo que el sistema educativo entiende por “buen docente”, estableció la junta de gobierno de la nueva institución autónoma.

En conferencia de prensa, los cinco integrantes de la junta, encabezada por Sylvia Schmelkes, dijeron que “en congruencia con nuestro principio de respeto a la diversidad, el énfasis (de la evaluación docente) en una primera etapa estará en identificar las características que debe tener todo docente, en el entendido de que hay características específicas adicionales que deben tener los docentes que atienden a la diversidad de poblaciones y que se responsabilizan de la enseñanza de las diversas disciplinas”.

Al fijar en conferencia de prensa la postura del INEE frente a los retos que supone la reforma educativa y, en específico, el alcance de las evaluaciones a nivel nacional y estatal, Schmelkes dijo que clarificar las características que debe tener todo buen maestro “permitirá definir criterios para la evaluación, así como los niveles de logro que distingan diferentes dominios de la profesión docente”.

Esta definición, añadió, habrá de construirse mediante un proceso de reflexión y análisis con autoridades educativas, con diferentes actores interesados en la educación y, por supuesto, con docentes de todo el país, que atienden a diferentes poblaciones, que trabajan en diferentes niveles y modalidades educativas de la educación obligatoria.

Schmelkes estuvo acompañada por los otros integrantes de la junta del INEE: Margarita Zorrilla, Tere Bracho, Gilberto Guevara y Eduardo Backhoff.

Evaluar por evaluar, no

En el documento en el que fijaron la postura del nuevo INEE, los integrantes de la junta de gobierno dijeron que el derecho a la educación debe traducirse en el derecho a aprender. “Es obligación del gobierno hacer valer este derecho”, señalaron.

La evaluación educativa, insistieron, se centrará en valorar que este derecho se cumpla para todos los niños, jóvenes y adultos del país.

Por sí misma, agregaron, la evaluación “no mejora la calidad de la educación”. De ahí la importancia que el INEE tenga la encomienda constitucional de emitir directrices sustentadas en información técnicamente sólida que orienten el cambio educativo. “Por ello, se impulsará la evaluación que permita apuntalar los procesos de mejora”, señalaron.

Respeto a la diversidad

La diversidad de realidades, culturas y lenguas que existen en el país es sin duda una de sus mayores riquezas, señalaron en su documento los miembros de la junta del INEE.

“El Instituto tomará en cuenta esta diversidad a fin de no permitir que la evaluación opere como una fuerza homogeneizadora, sino que por el contrario, recupere, aliente y potencie esta riqueza con el fin de lograr la mejor educación para todos”.

El Instituto -insistieron-, no dejará de insistir enfáticamente que la diversidad y la desigualdad son fenómenos distintos: “la desigualdad debe combatirse, la diversidad habrá de alentarse”.

Docentes: factor fundamental

En el documento leído por Schmelkes, el INEE sostiene que el docente es un factor fundamental del sistema educativo, porque de él depende una parte significativa de lo que ocurre en el aula de clases. “Por eso, el Instituto dará especial atención a la evaluación docente y a la construcción de lineamientos para realizar la evaluación de los docentes que les corresponde a las autoridades educativas en el ámbito de sus competencias”.

Bajo el entendimiento de que la principal función de la evaluación docente es el mejoramiento, “ésta deberá recomendar a las autoridades educativas cómo mejorar los conocimientos y la práctica docente de los profesores, así como los apoyos necesarios para lograrlo”, dijeron.

Nada que temer con la evaluación: Guevara

En su turno, Gilberto Guevara Niebla dijo que pidió a los docentes no temer a la evaluación y afirmó que la nueva institución servirá para apoyar a los profesores, beneficiarlos e impulsarlos para mejorar su desempeño.

“Nuestra filosofía es el respeto a la diversidad cultural, nuestra filosofía es ponernos de lado de la función positiva, igualadora, democrática que tiene la educación, esa es nuestra filosofía y el mensaje para los maestros descontentos debe ser: no hay por qué preocuparse por la evaluación”, sostuvo.

Al respecto, Schmelkes insistió en que la evaluación docente tomará en cuenta el contexto en que se desempeñan los profesores, es decir, el lugar y las condiciones bajo las cuales realizan su labor.

Ello, agregó, implica que también se evaluará si las autoridades educativas están ofreciendo o no, las condiciones para que los docentes puedan trabajar.

“Esto tiene que ver también con la equidad educativa y con el descontento porque no es casualidad que el descontento se dé en las zonas más pobres del país”, afirmo la presidenta del INEE.

INEE: La evaluación, por si misma, no mejora la educación
RUBÉN ÁLVAREZ MENDIOLA

La evaluación docente que lleve a cabo el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), tomará en cuenta el contexto y las condiciones de trabajo en que se desempeñan los profesores, para lo cual se buscará definir lo que el sistema educativo entiende por “buen docente”, estableció la junta de gobierno de la nueva institución autónoma.

En conferencia de prensa, los cinco integrantes de la junta, encabezada por Sylvia Schmelkes, dijeron que “en congruencia con nuestro principio de respeto a la diversidad, el énfasis (de la evaluación docente) en una primera etapa estará en identificar las características que debe tener todo docente, en el entendido de que hay características específicas adicionales que deben tener los docentes que atienden a la diversidad de poblaciones y que se responsabilizan de la enseñanza de las diversas disciplinas”.

Al fijar en conferencia de prensa la postura del INEE frente a los retos que supone la reforma educativa y, en específico, el alcance de las evaluaciones a nivel nacional y estatal, Schmelkes dijo que clarificar las características que debe tener todo buen maestro “permitirá definir criterios para la evaluación, así como los niveles de logro que distingan diferentes dominios de la profesión docente”.

Esta definición, añadió, habrá de construirse mediante un proceso de reflexión y análisis con autoridades educativas, con diferentes actores interesados en la educación y, por supuesto, con docentes de todo el país, que atienden a diferentes poblaciones, que trabajan en diferentes niveles y modalidades educativas de la educación obligatoria.

Schmelkes estuvo acompañada por los otros integrantes de la junta del INEE: Margarita Zorrilla, Tere Bracho, Gilberto Guevara y Eduardo Backhoff.

Evaluar por evaluar, no

En el documento en el que fijaron la postura del nuevo INEE, los integrantes de la junta de gobierno dijeron que el derecho a la educación debe traducirse en el derecho a aprender. “Es obligación del gobierno hacer valer este derecho”, señalaron.

La evaluación educativa, insistieron, se centrará en valorar que este derecho se cumpla para todos los niños, jóvenes y adultos del país.

Por sí misma, agregaron, la evaluación “no mejora la calidad de la educación”. De ahí la importancia que el INEE tenga la encomienda constitucional de emitir directrices sustentadas en información técnicamente sólida que orienten el cambio educativo. “Por ello, se impulsará la evaluación que permita apuntalar los procesos de mejora”, señalaron.

Respeto a la diversidad

La diversidad de realidades, culturas y lenguas que existen en el país es sin duda una de sus mayores riquezas, señalaron en su documento los miembros de la junta del INEE.

“El Instituto tomará en cuenta esta diversidad a fin de no permitir que la evaluación opere como una fuerza homogeneizadora, sino que por el contrario, recupere, aliente y potencie esta riqueza con el fin de lograr la mejor educación para todos”.

El Instituto -insistieron-, no dejará de insistir enfáticamente que la diversidad y la desigualdad son fenómenos distintos: “la desigualdad debe combatirse, la diversidad habrá de alentarse”.

Docentes: factor fundamental

En el documento leído por Schmelkes, el INEE sostiene que el docente es un factor fundamental del sistema educativo, porque de él depende una parte significativa de lo que ocurre en el aula de clases. “Por eso, el Instituto dará especial atención a la evaluación docente y a la construcción de lineamientos para realizar la evaluación de los docentes que les corresponde a las autoridades educativas en el ámbito de sus competencias”.

Bajo el entendimiento de que la principal función de la evaluación docente es el mejoramiento, “ésta deberá recomendar a las autoridades educativas cómo mejorar los conocimientos y la práctica docente de los profesores, así como los apoyos necesarios para lograrlo”, dijeron.

Nada que temer con la evaluación: Guevara

En su turno, Gilberto Guevara Niebla dijo que pidió a los docentes no temer a la evaluación y afirmó que la nueva institución servirá para apoyar a los profesores, beneficiarlos e impulsarlos para mejorar su desempeño.

“Nuestra filosofía es el respeto a la diversidad cultural, nuestra filosofía es ponernos de lado de la función positiva, igualadora, democrática que tiene la educación, esa es nuestra filosofía y el mensaje para los maestros descontentos debe ser: no hay por qué preocuparse por la evaluación”, sostuvo.

Al respecto, Schmelkes insistió en que la evaluación docente tomará en cuenta el contexto en que se desempeñan los profesores, es decir, el lugar y las condiciones bajo las cuales realizan su labor.

Ello, agregó, implica que también se evaluará si las autoridades educativas están ofreciendo o no, las condiciones para que los docentes puedan trabajar.

“Esto tiene que ver también con la equidad educativa y con el descontento porque no es casualidad que el descontento se dé en las zonas más pobres del país”, afirmo la presidenta del INEE.

UNAM: ¿anarquía o nihilismo?
JAVIER SICILIA

MÉXICO, D.F. (Proceso).- No sé en qué condiciones se encuentre el conflicto de la toma de la Rectoría de la UNAM cuando este artículo esté circulando. No sé tampoco si las demandas, bastante confusas, de quienes la han ocupado sean legítimas. Son, en todo caso, al igual que el conflicto magisterial en Guerrero, otros tantos síntomas del dolor de la nación y de la lejanía del Estado frente a la realidad del país.

El problema, sin embargo, no está en el dolor de una ciudadanía que día con día va siendo excluida por un Estado que ha decidido arrodillarse ante los capitales legales e ilegales. No está tampoco en su protesta –todo dolor tiene que decirse, que mostrarse y buscar alivio– sino en la incapacidad de esos grupos para darle sentido y claridad a ese dolor y encontrar el remedio que exige.

La muestra de esa confusión está en la filiación a la que dicen pertenecer: el anarquismo. ¿Son anarquistas? La palabra misma, a fuerza de tomar muchas formas a lo largo de la historia, es ya en sí misma confusa. Sin embargo hay algo que puede permitirnos distinguir el anarquismo de lo que Turgeniev llamó “nihilismo” –de nihil, nada–. El anarquismo viene del griego anarkhia, ausencia de autoridad. Sin embargo, desde los más remotos anarquistas, como Lao-Tse y Zenón de Citio, hasta Albert Camus, pasando por Godwin, Thoreau, Proudhom y Gandhi, la ausencia de autoridad sólo es posible si existe una profunda fuerza moral en los individuos que forman el común. En este sentido, todo verdadero anarquista está en íntima relación con el orden ético. Si viola la ley, si se opone a la autoridad o la desafía es porque la autoridad ha violentado la ética en la vida de la ciudad. Su fuerza, por lo tanto, no radica en la violencia ni en la destrucción sino en la profundidad de su conciencia ética y en un accionar cuyos medios estén en consonancia con ella.

Un verdadero anarquista es en este sentido paciente, dialogante, claro, creativo, perentorio; alguien que conoce los límites, que practica la mesura –el rostro de un gobierno sin Estado–, que quiere el equilibrio y se rehúsa a cualquier fanatismo. Si desobedece lo hace, como lo mostraron Thoreau y Gandhi, desde una ética impecable que asume desde esa impecabilidad la consecuencia de sus actos sin dejar lugar al resentimiento. En esta relación estrecha entre acción y ética, la presencia de un anarquista es ya en sí misma un desafío al autoritarismo y a la violencia. El nihilista, por el contrario, aunque tiene fuertes elementos anarquistas, se niega a sostenerse en la ética. Turgeniev lo definió en su novela Padres e hijos –la lucha de los estudiantes rusos de mediados del siglo XIX desilusionados por los lentos avances del reformismo–: “Nihilista es quien no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe”. Alguien que niega radicalmente, que clama una reivindicación de todo y, por lo mismo, termina por reivindicar nada.

Los muchachos que tomaron la Rectoría rompiendo vidrios y exigiendo la reinstalación de quienes en el CCH habían delinquido –al igual que los maestros que en Guerrero incendiaron la Contraloría y las sedes de los partidos– son, en este sentido, nihilistas. Su dolor, incuestionable, les ha hecho perder bajo el peso del resentimiento los contornos de una lucha libertaria. Detrás de su violencia, de su absurda exigencia de reinstalar en un CCH a quienes son la expresión contraria de la cultura y la civilidad, y de la confusión de sus demandas, no hay un pensamiento anarquista ni un orden libertario sino la intoxicación maniquea del peor Bakunin, el nihilista para quien la historia se rige sólo por dos principios: el Estado y la revolución social sea cual sea y sea como sea. Al igual que él, los muchachos que tomaron la Rectoría parecen revindicar a los delincuentes del CCH porque semejantes a Razin y Purgatchev (líderes de los cosacos del Don) y héroes de Bakunin, se violentaron sin doctrina ni principios en busca de “un mundo nuevo sin leyes y en consecuencia libre”.

¿Pero un mundo sin ley es un mundo libre? Sabemos que no. Si no está conformado por una ética, como la de los verdaderos anarquistas, es el del crimen, la violencia, la intolerancia y el desprecio que quieren combatir. Razin y Purgatchev no sólo construyeron de manera improvisada una burocracia civil y militar semejante a la de Catalina la Grande, sino que prefiguraron a Stalin y justificaron la represión del Estado. La reivindicación de una libertad total termina en la destrucción y el autoritarismo. Es la sombra del poder. Los muchachos que tomaron la Rectoría y los profesores que incendiaron instalaciones en Guerrero han caído en esa trampa. Lejos de contribuir a un cambio libertario están atizando, al igual que la corrupción del Estado y la imbecilidad de los criminales, la hoguera de la violencia y del autoritarismo. México necesita cambios profundos y hombres y mujeres decididos como esos muchachos y esos profesores. Pero necesita que esos gestos estén amparados por la grandeza de la ética, que es el rostro de la dignidad. Sin ella lo único que nos aguarda es el ahondamiento del infierno. Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, derruir el Costco-CM del Casino de la Selva, esclarecer los crímenes de las asesinadas de Juárez, sacar a la Minera San Xavier del Cerro de San Pedro, liberar a los presos de Atenco, hacerle juicio político a Ulises Ruiz, cambiar la estrategia de seguridad y resarcir a las víctimas de la guerra de Calderón. Análisis publicado en la edición 1905 de la revista Proceso, actualmente en circulación.

Se rompe el diálogo en la UNAM
SANTIAGO IGARTÚA

MÉXICO, D.F., (apro).- Entre descalificaciones cruzadas, se canceló el diálogo que sostendrían esta tarde autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y estudiantes del plantel Naucalpan del Colegio de Ciencias y Humanidades para resolver los desacuerdos que derivaron en la toma del edificio de Rectoría durante 12 días.

Pactado para las 13 horas en el auditorio Alfonso Caso de Ciudad Universitaria (CU), el encuentro que sería público no pudo realizarse por diferencias en la negociación previa: las fechas para establecer las 14 sesiones previstas para discutir la actualización al plan de estudios generaron el nuevo conflicto.

Los jóvenes propusieron llevar la discusión a agosto, argumentando que las autoridades universitarias pretendían entablar el diálogo entre hoy y el 14 junio, temporada vacacional para los CCH, con la intención de evitar la participación de la comunidad estudiantil.

“No creemos que sea congruente que se den esos diálogos en un calendario académico que ya se terminó. Creemos necesario que se den dentro del calendario académico porque ésta es una discusión académica y se tiene que involucrar a la comunidad. Ellos dicen que perder clases es una pérdida de tiempo, pero los foros que según ellos ya llevaron a cabo fueron en horarios de clase. ¿Por qué éstos no? ¿Por qué se cierran?”, dijo una joven a la puerta del auditorio, dirigiéndose a la comunidad universitaria, ante la ausencia de las autoridades académicas.

Y siguió: “Avanzamos en algunas propuestas. Sin embargo, el problema es y sigue siendo la fecha. Hay un disenso muy fuerte. No nos estamos cerrando. No necesitamos de una instalación. Vamos a seguir este trabajo con autoridades o sin ellas. (…) La raíz del problema reside en la incapacidad que ellos tienen para relacionarse con la comunidad y así construir el avance de un proyecto educativo democrático e incluyente”, dijo en representación de los estudiantes, entre los cuales se encontraban algunos de los expulsados por golpear a personal de vigilancia de su plantel el primer día de febrero, y ocupantes de la rectoría durante la toma. Esta vez ninguno cubrió su rostro y reiteraron la demanda de reinstalar a los seis expulsados.

Los jóvenes recordaron que desde el año 2012 se dio a conocer la “reforma educativa” en la UNAM a nivel bachillerato y en los CCH, “atentando contra el proyecto original de la educación de calidad para el pueblo, siguiendo lineamientos políticos y económicos de organizaciones internacionales como la OCDE.

Los inconformes también denunciaron haber sido objeto de innumerables ataques mediáticos, calificándolos de vándalos y seudoestudiantes. “Los medios de comunicación han fingido como arma de asalto a la verdad. Han creado un desprestigio generalizado contra el movimiento estudiantil”, dijeron en un ambiente de hostilidad contra la prensa que estalló cuando un camarógrafo los llamó “piojosos”.

También se pronunciaron en contra de las medidas “represivas” de seguridad que se instauraron en los CCH, “como la instalación de cámaras de seguridad, métodos de espionaje a los estudiantes organizados y amedrentación por parte de grupos porriles que trabajan para las autoridades educativas”.

Por su parte, al terminar el posicionamiento de los jóvenes, el abogado general de la Universidad, Luis Rául González Pérez, citó a una improvisada conferencia de prensa en otro extremo de “las islas” de CU.

Ahí leyó el comunicado oficial, en el que aseveró que fue por la “intolerancia” del grupo inconforme que las negociaciones no llegaron a buen término, “pese a que señalaban que tenía argumentos listos para iniciar el debate”.

El abogado recordó que el 19 de abril, “día en que el grupo violento tomó la Torre (de Rectoría)”, ya se realizaban foros de discusión sobre la actualización al plan de estudios de los CCH, “con la presentación de más de mil ponencias y la participación de casi siete mil estudiantes, académicos y trabajadores”.

También dijo que las fechas para este diálogo habían sido previamente pactadas y que, como se había ofrecido, “representantes de alto nivel de la Rectoría” habían estado dispuestos para el encuentro de esta tarde, e informó que el próximo 14 de mayo se reunirá una nueva comisión preparatoria para intentar instalar una mesa de diálogo el jueves 16.

Al final, un grupo de estudiantes de los planteles CCH Sur, Oriente, Azcapotzalco y Vallejo reclamaron no haber sido incluidos en los diálogos. “Supuestamente son para discutir el plan de estudios de todos los CCH, no sólo de Naucalpan. A ellos (los estudiantes del CCH Naucalpan) sólo les interesa lo que puedan conseguir para su beneficio, no el de la comunidad. Y a las autoridades sólo les importaba que liberaran rectoría, no solucionar el verdadero conflicto de los CCH”, dijo una estudiante que se dijo miembro de la Coordinadora de los CCH.

Buscando al trabajo, buscando al socialismo
Maciek Wisniewski*

La crisis en curso, su manejo y las políticas de austeridad que pretenden resolverlo en favor de las clases dominantes agudizando, por ejemplo el desempleo (según la OIT en 2012 había en el mundo 197 millones desempleados; este año habrá más de 202 millones de personas en busca de trabajo, Global Employment Trends 2013, 22/1/13) hacen pensar a cada vez más gente que debe haber alguna alternativa.

No sólo una política alterna que pondría el problema del empleo en el centro (algo que frente a las medidas antipopulares y fascistoides igual haría mucha diferencia), pero una alternativa sistémica.

Según la editorial Merriam-Webster, especializada en diccionarios, el socialismo y el capitalismo fueron elegidas como Las palabras del año 2012 por la cantidad de búsquedas online por personas que simultáneamente consultaban ambos términos ( Página/12, 6/12/12).

Al final es alguna lucecita en estos tiempos oscuros y una señal de que a pesar del fracaso del socialismo real hay quienes aún creen que puede haber una alternativa al capitalismo o que siempre es la misma: socialismo o barbarie. Pero: ¿qué socialismo?

Es interesante el aporte de Michael A. Lebowitz, un destacado marxista canadiense que no sólo rescata el término, sino también lo reconecta con sus orígenes.

Para Lebowitz que lamenta que muchos marxistas, dado que el autor de El Capital no escribió un tomo separado sobre el trabajo asalariado, olvidan el lado de los trabajadores estudiando el lado del capital como si fuera la totalidad del sistema (Beyond Capital: Marx’s Political Economy of the Working Class, 1992) la alternativa socialista sólo puede ser un resultado de la autoorganización de los trabajadores, siendo ellos los principales sujetos que pueden transformar la sociedad desde abajo, mediante la libre asociación y cooperación ( The Socialist Alternative: Real Human Development, 2010).

Según él –siguiendo a Marx–, la sociedad socialista es la que remueve todos los obstáculos para el pleno desarrollo de las capacidades humanas que es un fin en sí mismo. Mediante el trabajo, el trabajador no sólo transforma el mundo, sino también a sí mismo. Producir un producto significa producir dos cosas: la mercancía y un tipo de persona que es el productor. Sin embargo, el capital tiene un doble efecto: no sólo explota a los trabajadores, sino también los deforma, privándolos de la totalidad de su humanidad. Por eso es necesario ir más allá del capitalismo, donde ésta podría alcanzar su plenitud (así no se trata tanto de disminuir el tiempo de trabajo, sino de convertirlo en trabajo socialista).

Analizando el fracaso del socialismo real, Lebowitz subraya que éste falló, porque las relaciones de trabajo vanguardistas, fruto de un perverso contrato social, excluyeron a la clase obrera del proceso productivo dándole la prioridad a los gerentes, que persiguiendo la eficiencia abrazaron la lógica del capital abriéndole finalmente la puerta a la restauración del capitalismo. Para él, la principal contradicción del socialismo real era la relación vanguardia-trabajadores; la solución, en vez de liberar al gerente, debería haber sido liberar al trabajador ( The Contradictions of Real Socialism. The Conductor and the Conducted, 2012).

Para el mismo autor, la búsqueda del socialismo pasa por el Estado como un espacio de la práctica revolucionaria: un buen ejemplo de esto es Venezuela, que gracias a Chávez rescató en buena parte el término, demostrando que es posible construir el socialismo –del siglo XXI– con logros (por ejemplo, el desempleo es ahora de 8 por ciento), aunque no sin dificultades (en la autogestión obrera). Lebowitz ha acompañado y estudiado este proceso ( Build It Now: Socialism for the 21st Century, 2007) y basándose también en él subraya la necesidad de un Estado socialista ( The State and the Future of Socialism, en: Socialist Register 2013).

Según Lebowitz, para el socialismo del siglo XXI necesitamos también un marxismo del siglo XXI o más bien un retorno al marxismo de Marx que, sobre todo los escritos de 1844-1858, están llenos de pasajes sobre el desarrollo humano y la necesidad del socialismo para alcanzar su plenitud, algo que fue perdido en el siglo XX por el marxismo vanguardista que no veía más allá del desarrollo de las fuerzas productivas.

Esta parcialidad se refleja hoy en el debate alrededor de la crisis: mientras abundan discusiones sobre el problema de la transformación o la caída de la tasa de ganancia –el mismo Lebowitz en un viejo ensayo rechazó mirarla sólo desde el lado de la producción, Marx’s Falling Rate of Profit: A Dialectical View, 1976– escasean análisis acerca del proletariado como sujeto y su praxis.

La respuesta a la crisis será desde la teoría, pero sobre todo desde la práctica de la clase trabajadora, sin excluir a los desempleados (lo único que determinará el camino al socialismo será la lucha de clases). El trabajo –en el capitalismo– deforma, pero condenar millones a un paro indefinido (ante todo los jóvenes, una generación en peligro según la OIT, Global Employment Trends for Youth 2013, 8/5/13), también es una mutilación. La búsqueda del socialismo basado en la emancipación mediante el trabajo es una vía humanista frente a un sistema inhumano e ineficiente que desperdicia las vidas y la fuerza laboral.

De acuerdo con Lebowitz, el capitalismo sigue porque logra producir los trabajadores que necesita, convencidos de que no hay una alternativa; para ir más allá de él se necesita una visión que remplazaría este falso sentido común, cambios que pueden darse sólo si salen de nosotros mismos. Si no los buscamos, de una vez podemos abrir el diccionario y consultar la palabra fascismo.

* Periodista polaco

¿Qué cobertura universal?
Asa Cristina Laurell

En varios artículos anteriores he señalado que existe en el mundo entero un debate sobre la cobertura universal en salud y sobre el modelo institucional más exitoso para lograr el acceso oportuno a los servicios de salud necesarios y de calidad. Esta disputa no sólo se da entre académicos y políticos, sino que ha sacado a millones de personas a la calle, particularmente en España, donde hay una lucha intensa por preservar el sistema público contra de la pretensión del gobierno de derecha de restringir el derecho a la salud y privatizar los servicios. Este debate no es ajeno a México, ya que Peña Nieto afirmó (y firmó) durante su campaña que hará una profunda reforma para garantizar la seguridad social universal.

En este contexto el Congreso de la Unión organizó la Semana Nacional de Seguridad Social (SNSS) del 22 al 26 de abril. Ésta tenía la potencialidad de constituirse en el gran foro del debate nacional, pero recibió muy poca cobertura de los medios. En cambio la propuesta de que los empresarios paguen la cuota sobre la misma base que el ISR causó gran interés. Finalmente se calculó que este cambio dará al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) un ingreso extra de 3 mil millones al año que no resuelve ningún problema, ya que el déficit en el seguro de enfermedad y maternidad es del orden de 50 mil millones de pesos según el propio IMSS. A todas luces es sólo una reforma emergente hasta que se presente la definitiva.

La primera sesión de la SNSS era la oportunidad para que las máximas autoridades del IMSS y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) presentaran su concepción del proceso de alcanzar la seguridad social universal. Sin embargo, sólo dieron datos generales de los institutos y no expusieron ni siquiera a grandes rasgos en qué consistiría la reforma para la universalización del seguro social. A la pregunta expresa sobre con qué Paquete de Servicios se pretende universalizar el seguro de salud, el director del IMSS respondió que es complejo y que habría que fortalecer la portabilidad de los seguros, pero no señaló cuáles. El director del ISSSTE sólo expresó que habría que lograr la portabilidad y fortalecer la infraestructura. O sea, el contenido de la reforma definitiva siguió siendo un enigma.

No estuvieron presentes la secretaria de Salud o el titular de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud (Seguro Popular), lo que es llamativo en vista de que deberían tener bajo su tutela una parte importante de la población asegurada. Aunque la secretaria de Salud no haya planteado formalmente en qué consistiría la próxima reforma se puede suponer que es la que Funsalud presentó en 2012 en el documento Universalidad de los servicios de salud, que ella coordinó siendo presidenta ejecutiva de este organismo privado, cuya primera referencia bibliográfica es el libro de campaña de Peña Nieto.

Esta propuesta consiste en un nuevo modelo organizativo del sistema de salud con cuatro funciones: la rectoría a cargo de la Secretaría de Salud (Ssa); el financiamiento a través de un fondo único de salud; la articulación, consistente en la gestión del financiamiento y la prestación, a cargo de instituciones públicas y privadas, y la prestación de servicios a cargo de unidades médicas, públicas y privadas.

La Ssa incrementaría mucho su rectoría con la recentralización del sistema de salud y la subordinación de los institutos de seguro social. El fondo único de salud se establecería con recursos públicos, recaudados a través de nuevos impuestos etiquetados para salud, destacadamente un incremento del regresivo IVA, y la disminución de la contribución patronal a los institutos de seguridad social. La nueva función de articulación entre el fondo de salud y la prestación de servicios puede ser realizada por aseguradores privados o públicos. A ellos les tocaría organizar la prestación de los servicios, constituyendo redes de prestadores público y privados y utilizando la asociación público-privada para la construcción de infraestructura, abasto de insumos y medicamentos. O sea, es un paso definitivo en la privatización del sistema de salud. Incluso el documento dice: La universalidad habrá de contar con la valiosa participación del sector privado. Queda además claro que el Paquete de Servicios Garantizado sería restringido y se necesitaría contratar un seguro con la aseguradora articuladora para cubrir el resto de los servicios.

Aunque la SNSS no sacó en claro cuál es la propuesta de reforma, reveló que la pugna entre los institutos de seguro social y la SSa está en marcha y todavía no se resuelve.

jueves, 9 de mayo de 2013


¿Qué educación?
Adolfo Sánchez Rebolledo

Es un lugar común decir que el destino de la reforma constitucional en materia educativa será el que le confieran las leyes correspondientes que aún están por aprobarse en el Congreso. Se ha divulgado que las iniciativas están terminadas, listas para discutirse, pero lo cierto es que mientras se extiende el conflicto magisterial, el gobierno se abstiene de informar, lo cual no ayuda a canalizar racionalmente el debate ni a distender el clima de confrontación que hasta el día de hoy acompaña a la reforma. Resulta inexplicable que la Secretaría de Educación Pública no salga a defender la exposición de motivos que inspira el proyecto gubernamental o, por lo menos, a rechazar las que considera como interpretaciones erróneas en torno a la gratuidad, el carácter público de la escuela y la visión punitiva de la evaluación que alimentan el temor de vastos contingentes de profesores cuya labor se realiza, justamente, en las regiones donde la precariedad y el desamparo son realidades ominosas pero tangibles.

Allí, como en todo el país, la autoridad tiene la responsabilidad de informar y convencer, no menos que los partidos que dicen representan a la ciudadanía, pero es obvio que esa preocupación si existe ha fracasado. El solo hecho de que la Secretaría de Gobernación sea la que lleva la voz cantante en las negociaciones con los maestros disidentes y no la de Educación, repito, da cuenta de la anomalía de origen que está en este delicado asunto. Por cálculo, desdén burocrático o burda impericia, una vez más, como en tantos otros problemas, se ha dejado correr la situación hasta que ésta llega al punto de la confrontación que, al parecer, es el único que conmueve a una sociedad cada vez más acostumbrada a observar la vida bajo la óptica del maniqueísmo televisivo, a juzgar a los movimientos sociales menos por sus causas y objetivos que por sus (¿fatales?) impactos negativos en la vida cotidiana. Sin embargo, la autoridad no mueve un dedo hasta que las cosas la obliguen a intervenir con toda la fuerza del Estado, según la frase hecha acostumbrada, lo cual condiciona, a su vez, la táctica de violentar las reglas para hacerse escuchar, dejando ver que los mecanismos democráticos, la legalidad y el diálogo son instrumento ficticios en estas latitudes. Lejos de atender el origen de la protesta –cuando ésta es real y documentable, no como en la UNAM–, se abre el espacio a la imaginación conspirativa, a toda suerte de prejuicios autoritarios (de los que no escapan tampoco los disidentes) y se deja el terreno en manos de provocadores que se agigantan a la vista del fuego.

Sin embargo, es un hecho que la educación es uno de los temas nacionales que más preocupan a la ciudadanía y su tratamiento debería concitar atención, responsabilidad y respeto. Hay que ver tan sólo la clase de esfuerzos que realizan las familias pobres para que sus hijos reciban al menos las primeras letras, aunque luego el sistema los recicle como analfabetos funcionales. Y es que, por mucho que se hable de las aspiraciones pedagógicas, lo cierto es que la enseñanza no puede sustraerse al entorno social y por lo tanto debería juzgarse con criterios integrales para dar respuestas adecuadas a situaciones concretas. Según datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), recogidos por este diario, las condiciones de pobreza afectan a por lo menos 8.5 millones de estudiantes de prescolar, primaria y secundaria, que viven en comunidades de muy alta y alta marginación en el país”. Acuden a 124 mil planteles que enfrentan carencias de infraestructura y equipamiento, pero el mayor problema desde el punto de vista escolar estriba en las condiciones de vida de los niños y jóvenes que son atendidos en ellos. El relato del maestro Daniel Hernández, que trabaja en una comunidad a 16 horas de la capital oaxaqueña, ilustra la situación: “Todo sigue igual. Escuelas de carrizo, alumnos sin zapatos que llegan sin probar bocado. Y toda su subsistencia depende de la tierra, donde siembran maíz, chile, calabaza y ejote. Empleo no hay. Toda su esperanza para alimentarse está en la milpa de temporal… Los niños no tienen ninguna comodidad. No hay camas ni estufa en la casa. Y con esas condiciones llegan a la escuela con hambre. Muchos se aguantan, pero buscamos darles aunque sea una tortilla con sal, porque nuestra tarea no sólo es educar. También hay que estar comprometido con la comunidad y enfrentar sus carencias.”

La pretensión de llevar adelante la reforma educativa sin considerar esas diferencias regionales, culpando al maestro por las fallas del sistema, sería tanto como consagrar para la eternidad la desigualdad que ya caracteriza al modelo educativo mexicano, con sus grandes divisiones entre la enseñaza urbana y la rural, la pública y la privada, pero también entre aquella que atiende con calidad a los educandos y la que sólo aparenta instruir para acreditar el presupuesto… o el negocio confesional y la inversión particular. Claro que la educación nacional está en crisis y es necesaria la reforma, más allá de si se compran o no millones de computadoras y otros insumos apantallantes descontextualizados, pero es imposible suponer que en este punto tras las disputas pedagógicas no habrá diferencias ideológicas que dirimir, pues por mucho que se esfuercen los sabios en la materia, también aquí se juegan los intereses, las visiones del mundo, los valores.

Justo porque esas contradicciones son reales y no invenciones transnochadas es que nos urge un acuerdo en lo fundamental para saber qué educación queremos y qué maestro necesitamos para salir de esta crisis y avanzar hacia el futuro. No basta con que los partidos y sus representantes suscriban un pacto o se agreguen líneas a la Constitución. Aún es necesario escuchar las voces de la sociedad, sobre todo de los maestros y de los jóvenes, antes de que pierdan la esperanza. Y llevarlas a la ley. (La Jornada)

Desecha la SCJN recurso de Esther Orozco
Alfredo Méndez y Gabriela Romero

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desechó, por notoriamente improcedente, la controversia constitucional que interpuso María Esther Orozco Orozco, quien se ostenta como rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). El máximo tribunal del país consideró que la quejosa no demostró tener personalidad jurídica para recurrir a dicha petición de juicio, revelaron fuentes judiciales.

La demanda estaba dirigida contra el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, por la publicación en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de los acuerdos de la sesión del tercer Consejo Universitario, que el pasado 7 de marzo eligió a Enrique Dussel Ambrosini como encargado del despacho de la oficina de la contraloría de la UACM.

El ministro Fernando Franco González notificó a Orozco de su determinación de desechar esta demanda de controversia, por lo que la quejosa podrá presentar un recurso de revisión, que será resuelto en definitiva por alguna de la salas de la Corte.

El 13 de marzo, luego de que la comisión tripartita de mediación en el conflicto de la UACM, integrada por el gobierno, la Asamblea Legislativa y la Comisión de Derechos Humanos locales, anunció que respaldaba los acuerdos tomados por el tercer Consejo Universitario instalado el 29 de noviembre pasado, y por ende reconocía a Enrique Dussel Ambrosini como rector interino de esa casa de estudios, Orozco anunció que interpondría un recurso ante la Suprema Corte.

Por su parte, las fiscalías de servidores públicos y desconcentrada de la PGJDF en Benito Juárez continúan con la integración de las averiguaciones previas en contra de la ex rectora, quien fue acusada de usurpación de profesión y malversación de recursos durante su gestión en la UACM. (La Jornada)